Report-arce
Las cualidades de excelente deportista no se podían quedar en el olvido en las rutinas de su comunidad. Su fuerza interior como un capullo de acero que se abría por la consistencia en su evolución, lo hizo emigrar a Puebla y estudiar bachillerato para ingresar a la carrera de Ciencias de Comunicación.
El baloncesto lo había atrapado. Ya no podía regresar del destino, ni de los designios de la pasión. Su mundo se transformaba y las emociones era estar en una cancha de sudores, y el tablero, las líneas, a velocidad, el acertijo de las estrategias, los aros vencidos, era el paisaje que significaba naturaleza para el joven que siguiendo los sueños naranjas en equipos que le dieron la trascendencia conquistada. Desde los Halcones de Xalapa hasta el Real Madrid de España.
El sinuoso camino para llegar a la famosa y Hollywoodesca liga de la NBA, del año 2011 al 2014 con equipos New Orleans Hornets, Orlando Magic, Milwaukee Bucks y Atlanta Hawks, que en su casa paterna ya tenían sistema de televisión satelital Sky para no perderse los partidos del “Galanazo”, “Grandul”, “Machete”, apodos de intimidad, de confianza y cariño.
Jugador indispensable con la selección mexicana, con su número 14 en el dorsal, que junto con otros guerreros logran después de 39 años de ausencia, participar en un campeonato mundial del baloncesto, quedando en décimo cuarto lugar.
Aquí está respondiendo a la pregunta que le lancé desde la grada: ¿por qué no estás en el repechaje en Italia con la selección para obtener el boleto de los juegos Olímpicos de Río de Janeiro? “primero por estar con ustedes. Segundo porque tenía once meses sin ver a mi hijo y tercero porque no tengo contrato y tengo que cuidar mi carrera ante alguna lesión. Aplausos y se siente querido y admirado.
En la tarde consulto Twitter y leo sus dos mensajes contundentes ante el vendaval de críticas recibidas sube una foto junto a su hijo Álvaro y publica una carta alentando a sus compañeros y después el silencio. Leo de nuevo sus entrevistas en diarios mexicanos, españoles y norteamericanos y levanta su bandera humilde de la filosofía de su amor por el deporte ráfaga entre tapones, rebotes, recuperaciones y mates.
El artículo excelente “Del rancho a la NBA” en la revista Proceso de la periodista Beatriz Pereyra que se trasladó a Mazatàn, en enero del 2012, para que los lectores supiéramos de las raíces de este deportista formidable y destacado.
El ganador del premio nacional del deporte sigue aventando balones autografiados a los presentes mientras lo acompaña un grupo de chiquitines que no lo dejan mover sus brazos duros como troncos. Se toma selfies con los que pueden, camina para saludar a los jugadores de las quintetas de Ahuacatlán e Ixtlàn.
Veo que lo disfruta y los anunciantes como la Coca cola, Nissan, la Universidad de Álica, Pollos Franco de la ciudad, lo acompañan porque lograron la odisea de traer a este gigante del deporte, un joven que es ya histórico y que está en tratos con un equipo de Turquía, el país de la luna y estrella llamada Fenerbahce, pero él desea volver a la NBA después de sus exitosas campañas en Europa.
Sale por la puerta izquierda del CENIX y todavía lo siguen con cuadernos y balones para que les deje su huella indeleble en el objeto, los ojos, emociones y corazón. Pronto se sube a su camioneta y se aleja. Los seguiremos viendo por televisión. Al hombre del millón y medio de dólares de salario, en 2013, pero ahora ¿quién sabe? Lo seguro y palpable es que se le quiere tanto en Nayarit porque es nuestro Titán para el mundo.
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