JALA. – No andaba muerto, ni de parranda; aunque ya ha demostrado que no es un mojigato cuando se trata de divertirse con bebidas espirituosas. Simple y llanamente el contador Marco Antonio Cambero se ha dedicado a la cátedra, a cuidar de su despacho y de las tierras que cultiva su señor padre.
Y es precisamente su dedicación al trabajo y honestidad, su trato cordial con la gente, lo que lo ha colocado en serios aprietos pues una oleada de voces se alza desde los rincones más apartados de Jala, como las comunidades la Meseta de Juanacatlán, y hasta la propia cabecera, que le han pedido que “no hay tercero malo” para regresar a la presidencia municipal.
El ex presidente de Jala en dos periodos gubernamentales parece haber hecho bien las cosas, pese a que sus detractores intentan inhabilitarlo a toda costa con requerimientos de fiscalización que son comunes a todos los servidores públicos que en administraciones pasadas tienen que aclarar, y que tienen que ver – según explicó el propio Toño Cambero – con observaciones de forma que no tienen que ver, como se dice, con desvíos de recursos ni actos de corrupción.
Sin embargo, Cambero Gómez está en una encrucijada. Aún no decide qué hacer. Pues siente regresar a la función pública siempre es un reto porque la ciudadanía siempre espera lo mejor, y aunque dice que nunca escatima esfuerzos en cumplirles, cree que muchos podrían pensar que es un hombre ambicioso de poder.
Sin ambages, el contador Toño Cambero refiere que “siente feo” cada vez que una persona lo aborda para alentarlo, porque tampoco quiere desairar a las organizaciones y comunidades serranas enteras que le han pedido que literalmente “regrese”.
Seguramente Cambero Gómez tiene mucho en qué pensar todavía.
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