Niñita preciosa:
Todavía no te tengo entre mis brazos, y ya siento un cariño paternal por ti. Desde hace tiempo te esperábamos. Mi mamá – que es tu abuela – te compró algo de ropa, una que ya hace tiempo no veía en los tendederos de esta casa, y que cuando la vi, me causó mucha risa. ¿A poco vas a usar ese mameluco con changuitos sonriendo? Te has de ver preciosa con la diadema rosita. Pero bueno, tendrás que crecer al mismo tiempo que nosotros, los que te queremos y te cuidamos, envejecemos.
Yo quisiera que no sufrieras desilusiones, pero las tendrás tan pronto como vayas conociendo las cosas del mundo; lo importante es no perder la esperanza.
Seguramente la formación más importante la tendrás de papá y mamá; ellos sabrán guiarte por el mejor camino. Pero también tendrás que ir a la escuela y conocer gente en la calle, muchos que no tienen escrúpulos para hacer el mal. Empero, acuérdate que no debes pagar mal por mal a nadie, y en cuanto te sea posible, procura estar en paz con todos los hombres.
Querida Ilsi – es el nombre que tomaré de los dos que tienes para chiquearte –: Quisiera que supieras de antemano que ninguna filosofía humana podrá darte la felicidad. Podrás escuchar todo lo que quieras, pero entre más profundices en los fenómenos que acontecen, te darás cuenta que al hombre no le pertenece siquiera dirigir su propio paso.
Nenita: Ya quiero verte para ver si puedo llamarte “gordita”, “flaquita”, “chaparrita” o “güerita”. Quiero abrazarte para ver si soy capaz de darte el biberón, aunque sea una sola vez. Para sacarte a pasear en la cangurera que tu papá dijo que compraría con sendas divisiones para poner ahí su cerveza, aunque sea una vez. Quiero aplaudirte cuando pronuncies tu primera palabra y cuando des tu primer pasito.
Ilsi: Caminaremos junto a ti para cuidarte, para acompañarte a donde vayas, pero sabe de una vez que no siempre será así. Llegará el día en que tendrás que caminar tu sola. Será difícil, pero es la única manera en que entiendas que cuando tengamos que rendir cuentas lo haremos por actos propios, y que a veces, dependerás únicamente de ti para sobrevivir. Por eso importante que aprendas a trabajar.
Trabajar, mi niñita preciosa, no quiere decir preocuparse por la subsistencia, pues mira que ni las aves se preocupan por eso. No, trabajar significa que venimos a ser productivos y a compartir. Es cierto, muchos gandayas se aprovechan del esfuerzo que otros hacen, y que luego gustan atesorar dinero aquí en la tierra; no obstante, que tu principal objetivo sea siempre servir al prójimo, lo demás se te dará por añadidura.
Nena: Tendría muchas cosas que decirte, pero me cuenta tu madre que no dejas dormir; así que espero que pronto aprendas para qué es el día y la noche. ¡Ah! Y que también regules tus horarios de comida. No te hagas como tu tío Javier, que a sus 21 años de edad vive de noche y duerme de día; o como tu tío César, que come seis veces al día.
¡Ponte las pilas y conviértete desde ahora una niña alegre y feliz!
Tu tío:
Omar G. Nieves
Discussion about this post