AHUACATLÁN.- Recubierto de cohetones, chifladores y buscapiés, el muñeco de cartón estalló en mil pedazos; y así se puso final a la quema del Judas en Ahuacatlán. Pero antes, los integrantes de la segunda generación de la pandilla Pin Pin leyeron los satíricos versos que le compusieron a comerciantes y mecánicos, doctores y abogados, deportistas y funcionarios públicos, aunque se ensañaron más aún con los políticos de moda.
Y efectivamente, la tradicional quema de Judas volvió éste domingo pasado a recrear a los ahuacatlenses y con ello se da seguimiento a una de las más ricas tradiciones de este hermosísimo sitio de las deliciosas enchiladas y de la sabrosísima cajeta de mango.
Este año el muñeco que representó al “traidor” más reconocido a nivel mundial, se colocó en el cruce de la calle Libertad y Allende, justo al bajar del Portal Quemado.
En sus versos, arremetieron contra políticos de la talla de Enrique Peña Nieto y de los principales políticos de las esferas estatal y municipal, principalmente contra aquellos que aspiran a una curul en el Congreso de la Unión.
Buena jabonada se llevaron algunos regidores y funcionarios de la localidad; pero principalmente de Enrique Peña Nieto, quien resultó ser el Judas de este año.
La quema del Judas en Ahuacatlán, cabe explicar, data de hace varias décadas. Es parte del sincretismo religioso, que al arraigarse como una tradición mexicana en los últimos siglos adquiere una riqueza que se extiende cada vez más hacia otras regiones y en la que se diluye una mezcla de sorna, burla y huateque.
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