Por ruta de la historia
No pude recuperarme de la inflamación de los pulmones; el cansancio excesivo y a los dos días después hice el recorrido para ubicar la colocación de las tres placas que correspondían del jueves, la cita con la historia. El maestro Pablo y Joaquín cumplieron con la encomienda.
En la esquina de la calle 5 de Mayo e Hidalgo encuentro la primera, donde por muchos años fue La Huaracherìa Jaime, donde se vendían sillas de montar, artículos de cuero y sombreros. Muerte de Juan Rufino Bustamante. A sus 32 años de edad, en este lugar fue asesinado el guerrillero cristero, el 23 de junio de 1937 a las ocho de la mañana.
Después de la contienda cristera y el movimiento agrario, Rufino se dio de alta en el Ejército. Ese día se encontraban en la Estación del Tren, Rufino solicitó permiso para ir a Ixtlán por algo. Fue así que el señor Fidel Palacios aprovechó la ocasión para vengar la muerte de varios luchadores agraristas.
Juan Rufino Bustamante fue “Guardia Blanca” de Santiago Daniel Yeme, regenteador de la hacienda “La Tereseña” y yerno de la hacendada Teresa González. Tomo la fotografía en silencio y a solas, que no es lo mismo y me dirijo al estacionamiento de taxis de la C.T.M y allí en un pequeño espacio a un costado de un tubo y nomenclatura está la segunda placa. La Botica “Papa León XIII”.
En este lugar estuvo una de las primeras boticas de Ixtlán del Río, su nombre honró a la máxima autoridad católica de finales del siglo XIX: el Papa León XIII. La botica brindó sus servicios de 1928 hasta entrada la década de 1960, fue atendida por don Apolinar Castillo Ocampo quien aprendió el oficio de boticario de don “Chón” Pimienta.
En ella se ofreció el servicio de consultas médicas y la preparación de jarabes, pomadas, ungüentos, tónicos, brebajes y emplastos. Don Apolinar Castillo se desempeñó como presidente municipal de Ixtlán de 1958-1960.
Cruzo las plazas, donde los paseantes ven pasar el tiempo desde las bancas de madera y de fierro y me detengo en la amplia puerta del curato. La Casa Cural. Importante edificio, hogar de los sacerdotes que han estado al frente de la parroquia de Santiago Apóstol: Salvador de la Brambila García y Alva, Francisco Severo Maldonado, Justo Barajas Miranda, José Casillas Brambila y José de Jesús Salcedo Curiel, entre otros.
En 1941, en los trabajos de ampliación de la Calle Real, al frente del edificio se redujo 4 metros, abarcaba hasta la mitad de la calle. En 1926, ante los acontecimientos de la Guerra Cristera, sirvió de “Cuartel Militar”. A partir de 1929 fungió como Escuela Elemental Municipal. El 28 de diciembre de 1945 el Curato Parroquial regresa a este edificio, gracias a las gestiones del Lic. Alfonso Pulido Islas.
No es lo mismo este sábado de actividad comercial a los jueves donde se escucha con más claridad los murmullos de la historia de nuestro reposado pueblo de aquellos años, donde se escucha el eco de habitantes que nunca se han ido, aquí los tenemos en la ruta valiosa que nos enriquece como ixtlec@s.
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