AHUACATLÁN. – El féretro quedó en el sitio exacto; pero antes de darle sepultura, la familia se acercó a la caja; le tributó el último adiós y enseguida se procedió a la inhumación. De esa forma finalizó el sepelio del popular “Cherras”, quien había fallecido en la víspera víctima de una de las enfermedades más complicadas del ser humano.
Y efectivamente, se trata de Martín … Martín Becerra López, un hombre que nació y que se formó en la “talacha”, en el trabajo rudo; una persona que disfrutó la vida a su manera; que tuvo etapas de penurias, pero también de bonanza, de aciertos y desaciertos, de alegrías y sinsabores.
Su padre Alejandro y su mamá “La Chinita” trataron siempre de conducirlo por el camino correcto, además de enseñarle a enfrentar la vida con firmeza; por eso es que desde joven emigró a los Estados Unidos para ganarse el sustento al lado de su esposa Irma Montero.
Allá en el vecino país pasó una buena parte de su vida; pero por esas cosas del destino regresó a Ahuacatlán, dejando a su esposa y a sus cuatro hijos – Cindy, Alex, Martín y Susana – en situación difícil; no porque él así lo haya querido, sino por algunas circunstancias imprevistas que se le presentaron.
De vuelta en su pueblo se estableció en la casa donde pasó su niñez y juventud, es decir, por la calle Ocampo, exactamente en el punto conocido como “El carrizal”.
Llevando una vida azarosa, “El Cherras” quiso disfrutar a su manera este mundo, pero sin medir las consecuencias; y fue así como lo atacó esta enfermedad con la que tuvo que luchar, hasta perder la batalla.
Ayer por la tarde se ofició una misa en su honor y de ahí fue conducido al panteón municipal en medio del dolor de su mamá “La Chinita” y de sus cuatro hijos, así como de sus hermanos María Elena, Ramón y Alejandro. María Encarnación y Petra no pudieron acompañarlo; pero desde algún lugar rezan y lloran su pena. DESCANSE EN PAZ.
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