Entre abrazos, conversaciones triviales y anécdotas del pasado y del presente transcurrió la tercera reunión consecutiva de los hermanos Díaz Rodríguez teniendo como punto de encuentro la misma finca de los dos años anteriores, por la calle de Morelos, justamente a espaldas de la presidencia municipal.
No; no se trató ni de un cumpleaños o de un festejo especial. Fue simple y sencillamente un encuentro familiar donde se puso otra vez de manifiesto la unidad y la fraternidad.
Templada la mañana, agradable la tarde en grado superlativo; pero por encima de todo destacó la voluntad y deseos de seguir fomentando esos lazos de armonía y hermandad que desde pequeños les inculcaron sus padres, don José Díaz Rincón y Olivia Rodríguez Monroy, ya fallecidos.
Nestora Asela y Olivia, Francisca y Concepción, Mercedes Alicia, Víctor y Roberto pasaron de nueva cuenta un día inolvidable, sumándose también Nicandro y Rosalío – esposos de Concepción y de Olivia, respectivamente. al igual que María Luis Jaques – esposa de Víctor; además, claro de sobrinos y primos y uno que otro nieto.
Desde Monterrey o de México, desde Guadalajara o Tepic; el asunto era estar presente en este encuentro familiar que se aderezó con unas sabrosas viandas y algunas bebidas refrescantes, gaseosas o espirituosas; de acuerdo al gusto.
Ésta – se insiste – fue la tercera ocasión consecutiva que los hermanos Díaz Rodríguez se sumen en otro fraternal convivio teniendo como primicia la unidad; una unidad que en lugar de resquebrajarse se fortalece cada vez más.
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