ZONA SUR.- Juan tenía sólo 12 años cuando encendió su primer cigarro. Uno de sus hermanos mayores le enseñó. Ahora tiene 16 y consume una cajetilla de 20 cigarros al día.
Juan Antonio Morales Ramírez es su nombre completo. Vive con su mamá y tres de sus cinco hermanos. No fue a la escuela; ni siquiera cursó la primaria. “No estudié”, dice con sencillez.
Es empleado en una frutería de Ixtlán, en donde le está permitido fumar mientras realiza su trabajo. En ocasiones, por lo general los sábados, labora horas extras y es cuando él y sus compañeros más cigarros consumen.
Para él es difícil renunciar al tabaco. “Cuando no fumo me pongo nervioso”, admite.
Está consciente del daño que le ocasiona esta sustancia pero no conoce la manera en que podría alejarse de ella. “¿Cómo lo dejaría?”, pregunta con sinceridad mientras sostiene un cigarro entre sus dedos.
Al igual que Juan, cientos de adolescentes en la cuidad adquieren este hábito diariamente. Muchos de ellos no saben explicar porqué.
Sirva lo anterior para ilustrar en breves líneas el terrible daño que ocasiona el tabaquismo; y es, en razón de ello como se instituyó el “Día Mundial sin Fumar”, cada 31 de mayo.
Y en tal virtud, la Coordinación Municipal de Salud con asentamiento en Ixtlán y en base a los ordenamientos de la superioridad, inició una serie de acciones tendientes a crear conciencia sobre los daños que ocasiona el cigarro.
Entre otras actividades, se han promovido en edificios públicos de la región las “áreas libre de humo del cigarro”, además de colocar carteles preventivos en instituciones escolares.
Insisten en que se deben hacer esfuerzos extraordinarios para invitar a la población en adultos y jóvenes a hacer conciencia del riesgo que esto implica, porque entre mas temprano se comience a consumir esta droga de primer contacto, es mas el riesgo de padecer enfermedades de alto riesgo, como tumores malignos.
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