Misael de Santiago Velasco
Pasan los años, pero estos no motivan que se olvide que en Etchojoa, Sonora, habitó la profesora Rafaela Rodríguez Seldner, nacida en Nayarit por una acción sin igual que por salvar a unas de sus alumnas de las aguas del Río Mayo ofrendó su vida. Pasan generaciones y el recuerdo sigue imperecedero.
Quien recuerda, o quien ha escrito algo al respecto nos dicen que la Profesora “Fala” –hermana de un promotor cultural de nombre Manuel de Jesús–, nació el 24 de octubre de 1927 en Acaponeta, Nayarit. Vivió por unos años en Hermosillo, Sonora, junto con su mamá. Hizo sus estudios en la ciudad capital y también dio sus servicios profesionales en Sonoita, Carbó, Querobabi, Luis B. Sánchez y Nacozari, del estado de Sonora.
Por ahí platican que la Profesora “Fala” procreó a un hijo, dejándolo al cuidado de su progenitora por allá en Hermosillo, para venirse a trabajar a la Escuela Primaria “Gral. Ignacio Zaragoza” de Etchojoa, Sonora, haciéndose cargo de un grupo de primer grado. La profesora Rodríguez vivió primero sola en casa de renta. Con los días fue invitada a hospedarse en casa con los familiares de una niña de nombre “Julieta”.
El 14 de marzo de 1954, la Profesora “Fala”, luego de acudir a misa, invitó a un grupo de alumnas a pasear al río. Después del grave suceso una niña de nombre “Julieta” recordó que era un entusiasmo entre varias niñas que la maestra las haya invitado de paseo al río de la localidad. Jamás estas mentes dulces de las niñas imaginaron la tragedia. Ellas solo querían convivir con su profesora y amiga. La querían mucho, dado que las trataba bien.
Dicen que llegaron al río, y como se dice coloquialmente, empezaron a necear para meterse al agua. Así lo hicieron, olvidando las promesas que hicieron en casa.
Eran cinco niñas. Entraron al río que estaba con lodo; y al ir caminado hacia el centro sintieron en el piso algo extraño. Mas bien no pisaron firme, pues se hundían sin poderlo evitar. La tragedia se avecinaba. Habían caído a una “trampa” de esas que la naturaleza nos reserva para momentos difíciles.
La profesora “Fala”, al ver a sus alumnas en peligro, se lanzó al río rápidamente para auxiliarlas. Primero sacó a una niña –seguramente la que estaba más cerca de la orilla–. Ayudó a otra niña; otra no se metió, mientras una más salió por sí sola, arrojando agua por boca y nariz, vomitando fuertemente.
La hoy “heroína” de Etchojoa se pierde en la profundidad. La muerte por asfixia dado a la inmersión era inevitable. Fueron dos víctimas mortales. No alcanzó a salvar a todas.
Las mismas niñas que quedaron a salvo dieron la fatal noticia. Varios vecinos se fueron al río incrédulos de lo que realmente había pasado. El cuerpo de la maestra y su alumna fueron rescatados de las aguas mortales de río Mayo. La profesora fue velada en la Escuela Primaria “Gral. Ignacio Zaragoza” en uno de sus pasillos, ante la tristeza que embargaba a la sociedad etchojoense. Ahí sus alumnas y pueblo le dieron la despedida eterna, a quien hoy consideramos como una heroína. La niña fallecida fue velada en su casa.
En diferentes fechas se ha recordado a la “Heroína de Etchojoa”; como cuando el Gobernador de Sonora Ignacio Soto el 25 de junio de 1955 develó un busto en “La Casa del Maestro”, en Hermosillo, Sonora. El Presidente Adolfo Ruiz Cortines le entregó, post morten, la Medalla Ignacio Manuel Altamirano. De esto dieron cuenta los informativos de ese tiempo.
Una escuela y la mitad del boulevard principal de Etchojoa de oriente a poniente llevan su nombre… La mitad, porque a la otra mitad, recientemente, le pusieron el nombre del ex rector de la Universidad de Sonora Jorge Luís Ibarra Mendívil, oriundo de ese municipio.
Es natural la inconformidad de los familiares y colegas de la heroica profesora, pues no ven punto de comparación en los méritos de ambos. También su nombre lo lleva una calle de Hermosillo que atraviesa las Colonias Balderrama y Olivares, ¿sabrán sus vecinos quién fue? En su tumba se colocó el epitafio “Valor y abnegación” en el Panteón Yáñez de Hermosillo, Sonora.
En Etchojoa, Sonora en el boulevard Rafaela Rodríguez, en el cruce con la Avenida Hidalgo, se encuentra un busto de ella, en un pequeño pero significativo monumento. Este 14 de marzo el H. Ayuntamiento de Etchojoa a través de la Dirección de Educación y Cultura recordará a la heroína con un acto como refrendo de su hazaña.
La Secretaría de Educación y Cultura, el SNTE, el Ayuntamiento de la ciudad, los medios de comunicación y la sociedad ante tanta y deprimente ausencia de auténticos valores, deben reivindicar su pedagógica memoria y su gran hazaña como heroína.
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