AHUACATLÁN. – Las fuertes precipitaciones pluviales de los últimos días esta vez se excedieron provocando con ello el desbordamiento de canales, arroyos y del río que atraviesa Ahuacatlán.
Desde hace varios lustros que no se avistaba un torrente como el de ayer. La furia del agua rebasó los límites ocasionando además el temor de muchas familias que habitan en las riberas del río.
A salirse de su cauce, el río hizo que se inundaran muchos corrales. El agua se metió hasta la cocina, como se dice coloquialmente, y la calle Aldama se convirtió en otro arroyo, aunque fue más notorio en el tramo que se encuadra entre las calles Reforma y 20 de noviembre; pero también ocurrió lo mismo en el puente que une al barrio de La Presa con la colonia Benito Juárez.
El desbordamiento del río orilló también a directivos y maestros del Jardín de Niños “María Montessori” a suspender sus clases para no exponer a los parvulitos, mientras que los alumnos de las escuelas primarias José María Morelos y Fray Pedro de Gante se vieron en aprietos para poder acceder a ellas.
Otro espacio que también sufrió los embates de la naturaleza fue el Club Social y Deportivo. El agua se coló por todos lados para convertir a este centro social en una auténtica laguna.
Varias parcelas que se sitúan por el rumbo de “el verde” y “los limones” resultaron siniestradas. El Andador que conduce hacia el Arca de Noé y la carretera que enlaza a esta cabecera con el municipio de Amatlán de Cañas también se vieron afectados. El agua obstruyó el paso de los autos pequeños; solo los camiones y unidades pesadas pudieron usar ayer este camino.
Afortunadamente no se reportaron daños humanos, solamente pérdidas materiales.
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