Existen vicios de acción y omisión. El primero tiene que ver con una manera de actuar perversa, y aunque no siempre se haga con malas intenciones, los vicios siempre ocasionan degeneración. Los pecados de omisión también existen. Se dan cuando alguien debe hacer algo para evitar un menoscabo en los bienes o la integridad del prójimo o de una colectividad.
Muy probablemente ya pasó por la mente de Andrés Manuel López Obrador la posibilidad de actuar en este escenario que todos conocemos de irritación social que impera y que ha derivado en actos vandálicos. Pero en su lugar sigue esperando. Ha sostenido que su movimiento se inscribe en una lucha de resistencia social pacífica. La que no implica saqueos, desenfreno a la hora de tomar casetas de cobro o bloquear gasolineras, algunas de las cuales han sido tomadas por los manifestantes.
La diferencia entre este tipo de actos violentos y la revolución o la resistencia social pacífica, es que no tienen un propósito definido. Por muy organizados que estén, como me tocó verlo en una convocatoria para irrumpir en las instalaciones de un Walmart en Guadalajara, lo único que ocasionan es un amotinamiento que no dura mucho por la falta de consciencia política. Pues si se les preguntara a botepronto a uno de estos asaltantes cuál es el origen del “gasolinazo”, tal vez ninguno pudiera responder, quizás repitan lo que todo mundo dice: “La reforma energética”; cuando de fondo están otras políticas públicas como la reforma fiscal, la crisis financiera por los gastos exorbitantes del gobierno, etcétera. Más aún, si les pusiéramos un micrófono para hablar sobre la ruta a seguir para revertir la situación, tal vez el mutis nos haga percibir mejor el chirrío de los grillos.
Ante este panorama, El Peje calla. El descontento se traduce en una rebelión para sacar al PRI y a Enrique Peña Nieto del gobierno. Pero recordemos que las rebeliones se hacen para derrocar al personaje que ocupa el poder, no para cambiar el estado de cosas, el cual queda inalterable sin un programa de gobierno.
Lo realmente grave en todo caso. Es el facsímile de Poncio Pilato que ahora hace el PAN para “lavarse las manos” de esta crisis que principalmente ellos ocasionaron. Pues la Reforma Fiscal, Energética, Política, Educativa, etcétera, viene desde con Felipe Calderón. Fue éste quien primero propuso abrir el sector energético a la iniciativa privada. Inclusive se realizó un foro con intelectuales en el Congreso de la Unión para debatir el punto durante su sexenio. Las posturas más encontradas en esa ocasión, lo recuerdo bien, fueron las de Héctor Aguilar Camín y Lorenzo Meyer. Fue, y espero encontrar los vídeos, un debate con las mentes más ilustradas del país.
En la prensa formal, es común que los titulares y las notas periodísticas sean mal interpretadas por los lectores. Y solemos ser enemigos del pueblo cuando se utilizan términos fuertes para describir una escena dónde la gente saquea una tienda departamental, pero ateniéndonos a la estricta definición, ese tipo de hechos no son ni revolucionarios, ni rebeldes, ni mucho menos de resistencia civil pacífica, no son otra cosa más que actos vandálicos que si no se detienen, pudieran derivar en un estado fallido.
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