La mujer vestía ropa evidentemente desgastada. Pantalón azul y playera blanca. Su humildad se vio reflejada en su calzado. Llegó a la UMMA al despuntar el sol. Se coló hasta la sala de espera y se sentó unos momentos.
Chaparrona ella, complexión regular, la mujer de referencia, de 60 y tantos años, entabló entonces una plática con otra dama, familiar de un paciente de hemodiálisis. Su voz sonaba fuerte. De pronto se puso de pie y realizó algunas sentadillas al tiempo que explicaba: “No me gusta estar de huevona, yo hago de comer, limpio la casa, me hago la diálisis, voy a los mandados y hasta trabajo, ¡Y míreme!, ¡Todavía las puedo!”.
Los que estábamos en esa área quedamos sorprendidos. La mujer, pese a sus sesiones de diálisis, dio muestras de una gran entereza, de sus ganas de seguir viviendo, de luchar, de reír, de bromear… de ver la vida desde una perspectiva positiva. Su ejemplo me hizo reflexionar:
Hay demasiadas cosas buenas en el mundo para y por las cuales vivir. La vida la hacemos nosotros mismos y no los demás. Cada quien se crea su propia vida. Entonces ¿por qué perder tiempo y energía y no comenzar a disfrutar lo que nos ha tocado vivir? (sea lo que sea).
Piensa que cada quien tiene su vida y no debemos sufrir por algo que hagan los demás o dejen de hacer. No te creas tan importante como para pensar que eres la única persona del mundo. Tampoco tiene que ser tan importante esa persona que por cualquier razón que sea no puede estar contigo.
Si una persona no te quiere o te hace sufrir, no le prestes atención. El mundo está lleno de gente – hay miles de millones de personas allá fuera -.
Si alguien no merece tu tiempo, recuerda que hay muchas personas que estarían dispuestos a merecerlo…
Si tu problema es la soledad, piensa que vivir solo no es tan malo. La soledad te da tiempo para hablar contigo mismo, de conocerte mejor. Te da la oportunidad de quererte y mimarte más. La soledad te da tiempo para pensar, planificar y disfrutar.
La vejez no es una excusa para sentirnos mal. Muchos han hecho grandes cosas en sus últimos años de vida. Es una etapa por la que deberíamos pasar todos.
Piensa que las personas que han muerto y no están en estos momentos con nosotros es porque se nos adelantaron. En esta vida estamos para vivir un tiempo; y luego, al final, nos mudamos de este hermoso planeta, ¿iremos a otro lugar o a otra dimensión? En realidad no lo sé, pero sé que dejaremos de estar con los vivos para ir con los demás seres queridos que emprendieron su camino antes.
Los problemas son lecciones. Desde que nacemos hasta que morimos estamos continuamente teniendo problemas y aprendiendo, pero depende de nosotros aprovechar cada una de las lecciones que nos da la vida para subir cada vez más alto y mejorar. Si aprendes a aceptar las circunstancias de la vida y haces lo que amas, conseguirás la plenitud.
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